Para ello, empieza con un recorrido que lo llevó por varios rincones de Imbabura, grabando todo sonido que contenga en su interior aquella identidad olvidada, buscando en bibliotecas y musicotecas, temas relegados de la tradición indígena y mestiza, asistiendo como copartícipe en festividades y celebraciones ancestrales, fruto de ello logra recopilar un inmenso archivo de ritmos populares.
“CORAZA”, fue el nombre elegido para este proyecto, por la majestuosidad y la grandeza que representa dicho personaje de colorida y exuberante vestimenta y, además, por ser el símbolo de la máxima festividad ancestral de Otavalo, la fiesta de San Luis Obispo, conocida como fiesta de los Corazas.